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Google ha anunciado el cierre de la operación de compra de Fitbit por 2.100 millones de dólares (unos 1.700 millones de euros), compañía pionera de los wearables con su línea de relojes interactivos para rastrear actividad física.

Google había comunicado esta operación en noviembre de 2019, pero ha sido ahora cuando se ha materializado definitivamente. Esta ha sido la mayor adquisición del gigante de Mountain view en electrónicos de consumo desde la compra de Nest, la compañía de dispositivos para el hogar, como alarmas contra incendios y termostatos por la que pagó 3.200 millones de dólares en 2014. Pero ¿qué hay detrás de esta nueva adquisición de Google y cuál es la importancia de Fitbit?

Qué es Fitbit

Como gran pionera del desarrollo de relojes y pulseras interactivas, cuando Fitbit lanzó su primer producto en 2009, su rastreador de actividad ni siquiera compartía datos con una app de smartphone, ya que se conectaba de forma inalámbrica a una estación base que debía estar conectada al ordenador.

Esta estación mostraba cierta información pero el sitio web de Fitbit era donde se concentraban los datos precisos de la actividad física personal de cada usuario, una innovación que poco a poco permearía en otras grandes compañías como Apple, que actualmente tiene la mayoría de ventas totales de wearables a nivel mundial, así como Xiaomi o Samsung, quienes completan el podio entre las marcas más vendidas de este tipo de dispositivos.

A pesar de ello, a lo largo de los años Fitbit ha seguido en la competencia siendo reconocida por su hardware accesible, sin embargo, su software (app móvil, red social y seguimiento del sueño junto con entrenamiento personal a base de suscripciones) ha sido lo que la ha hecho sobresalir en este océano de diferentes dispositivos portátiles fitness.

El acuerdo de compra de Fitbit tuvo que superar la aprobación de los reguladores que mantienen sus ojos atentos ante cualquier práctica monopólica de los gigantes de la tecnología, además de la aprobación de los accionistas de Fitbit que podrían temer que los usuarios actuales teman entregar sus datos a Google, a pesar de que ambas compañías han prometido no segmentar los anuncios del gigante de internet al utilizar los datos de Fitbit.

Ante el riesgo de que esta adquisición no se realizase Google acordó pagar a Fitbit una tarifa de cancelación de 250 millones de dólares (más de 223 millones de euros) si es que no obtenía las aprobaciones antimonopólicas necesarias para el acuerdo.

Google ha decidido entrar al mercado de los wearables con Fitness

De acuerdo con Google, la compra de Fitbit ha tenido el objetivo de “reunir la mejor inteligencia artificial, software y hardware, para estimular la innovación en wearables y crear productos para beneficiar aún más a personas en todo el mundo”, sin embargo, las razones tras su adquisición pueden resumirse en tres grandes claves:

1. Google compra Fitbit para plantar cara a Apple Watch

Por supuesto que la razón más obvia tras la compra de Fitbit es que Google quiere competir directamente contra Apple Watch y otros grandes jugadores del mercado de los wearables.

A pesar de que la posición de Fitbit se ha debilitado en los últimos tres años, durante mucho tiempo fue el líder de los dispositivos de seguimiento de actividad física.

2. Ampliar su cartera de hardware inteligente

En los últimos años, Google ha puesto mucho esfuerzo en incrementar su cartera de hardware: sus smartphones Pixel, el desarrollo y lanzamiento de sus altavoces inteligentes Home, termostatos y cámaras de seguridad con Nest así como varios dispositivos de entretenimiento.

Sin embargo, Google tiene un serio agujero negro en torno a los wearables y no ha podido desarrollar su propia marca, por lo que era necesario comprar una salida, y Fitbit era la mejor compañía disponible.

3. Ingresar en un mercado de más de 50.000 M$

De acuerdo con un informe de Gartner, el mercado de los wearables crecerá más del 25% durante el próximo año, en el que se generará en este mercado ingresos superiores a los 50.000 millones, un área en la que Google ni siquiera existe, y la adquisición de Fitbit podrá hacerlo entrar en ese marco.

El acuerdo de compra de Fitbit aún está condicionado a la aprobación de los reguladores que mantienen sus ojos atentos ante cualquier práctica monopólica de los gigantes de la tecnología, además de la aprobación de los accionistas de Fitbit que pueden temer que los usuarios actuales teman entregar sus datos a Google, a pesar de que ambas compañías han prometido no segmentar los anuncios del gigante de internet al utilizar los datos de Fitbit.

Es grande el riesgo de que al final esta adquisición no se realice, pero Google acordó pagar a Fitbit una tarifa de cancelación de 250 millones de dólares (más de 223 millones de euros) si es que no obtiene las aprobaciones antimonopólicas necesarias para el acuerdo, sin embargo, quizás al fin estemos presenciando el despegue de Google en el mercado de los wearables.

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