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Nació como una tecnología que distribuye información a distancia o en la nube, y para entonces, solucionó un problema que reinaba en el ecosistema digital: manejar y procesar distintas fuentes de información repartidas en diferentes espacios geográficos. Como es natural en tecnologías disruptivas, su pronta evolución planteó desafíos únicos para lo que hoy lleva el nombre de Edge Computing – conocida también como Computadora al borde – tales como reducir los gastos de almacenamiento en la nube y los tiempos de respuesta. Mismos que le dieron una importancia global al Edge y, este año, les pronostican una inversión millonaria que para el 2022 representará el 7% del gasto total TIC empresarial de América Latina, según el IDC.

El por qué de la inversión hacia el Edge Computing

La tecnología Edge se topó con importantes desafíos a medida que fue ganando peso empresarial. El más grande de ellos apuntó a descentralizar la memoria e información de la nube, para acercarla a donde más se necesita: dispositivos móviles o terminales inteligentes. El experto en el tema, Justin Ellis, muy bien lo explica al decir que la gran ventaja del cambio estaría en “entregar resultados rápidamente sin tener que preocuparse por la necesidad de una conexión de datos rápida o de hecho alguna conexión“, señaló en un artículo de su autoría.

Para lograr lo esperado, existen otros retos que mucho tienen que ver con su infraestructura. Como lo poco potente del hardware disponible y las funciones específicas a las que se dirige como resultado. Justin Ellis, también refiere a la necesidad de que los sistemas perimetrales se ejecuten sin intervención, a tener un sistema de bajo mantenimiento y un aislamiento total para su funcionamiento, por mencionar algunas.

Pero ante este tenue panorama, los pronósticos mundiales de la IDC, consultora para los mercados de Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Tecnología de Consumo, estiman que para el 2021 el 50% de la infraestructura mundial estará en el edge y que 39 millones de dispositivos estarán conectados a ella.

De acuerdo a la consultoría, América Latina puntúa entre las regiones que aumenta su inversión en esta tecnología. Los archivos del Edge Spending Guide del IDC dan fe que en el 2020 el gasto empresarial en el área se calculó en USD$ 4 739 millones, anotando un crecimiento de 7.4% respecto al 2019. Suficiente para intuir que para el 2022 el gasto de Edge alcanzará el 7% de la inversión total del TIC empresarial de la región. Cifras que irán en ascenso hasta el 2024, en el que se espera que la tasa de crecimiento compuesta anual sea del 16%, llegando a los USD$ 8 573 millones.

Entonces, ¿Dónde se verá estas estimaciones? Efectivamente, el mayor gasto se verá en las innovaciones con vehículos autónomos, robótica, realidad aumentada, Internet de las cosas (IoT) e Inteligencia Artificial (IA).

Chile y su interés por el Edge

Chile no se quedará atrás. Continuando con los pronósticos del IDC, entre el 2020 y el 2024 se espera que la inversión en Cloud aumente 34.6%, seguido por IoT con 18,7% y 11,2% en Analytics. Ascenso que disparó los departamentos de finanzas con el fin de trazar datos, procesos y lograr eficiencia en costos.

El año pasado, observamos en la región cinco industrias que concentraron el gasto en Edge. Éstas son Manufactura, Banca, Retail, Telecomunicaciones y Seguros, las cuales en conjunto representan el 57% del valor total del mercado para 2020”, señaló José Ignacio Díaz, Analista Senior de Investigación para IDC Chile.

En chile los gastos se enfocan en las Smart Cities o ciudades inteligentes. Tanto que en 2019, el país aprobó un Centro Integrado de Gestión Regional, en Santiago de Chile, que tiene como objetivo monitorear los diferentes ítems que confluyen en una ciudad – como la movilidad peatonal, el tráfico vehicular, la contaminación – y se sirve de diferentes dispositivos que recopilan datos Edge. Por ello, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y la Subsecretaría de Telecomunicaciones implementaron un plan piloto de monitoreo automático de tránsito que involucra a la computación en el borde.

Para esto, la prueba unió tres tecnologías: la nueva red experimental 5G, Inteligencia Artificial y Edge Computing. La IDC explica en su informe que “el proyecto busca analizar en tiempo real la formación de filas de vehículos en intersecciones, incidentes de tránsito, bloqueo de pistas y cruces, congestiones, volumen de bicicletas y peatones, en la primera Zona Experimental 5G de Latinoamérica“.

Imagen Freepikc

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