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La ley de protección de datos personales se encuentra en plena reestructuración, ya que el Gobierno está consciente de que no se adapta a la nueva realidad de Chile, en la que la digitalización y el internet tienen gran protagonismo.

Ahora bien, es de suma importancia que los emprendedores y líderes empresariales que forman parte de este espacio la conozcan a profundidad y evalúen qué cambios o conceptos novedosos podría presentar su actualización. De esa manera, podrán adaptarla a sus negocios de la mejor manera posible.

¿Qué contempla la ley de protección de datos personales en Chile actualmente?

Esta ley, vigente desde el año 1999, establece distintos puntos en cuanto al tratamiento de los datos personales por parte de empresas públicas o privadas. Entre ellos, destacan los siguientes:

En el proceso de recopilación de datos, independientemente de que sea a través de encuestas u otros instrumentos, se le debe informar a las personas el carácter de su respuesta (obligataria o voluntaria) y bajo qué objetivo se está llevando dicha acción: para desarrollar una campaña de publicidad, para ajustar sus productos o servicios, etc.

Si por el contrario, esta información proviene de de fuentes no accesibles al público, como por ejemplo la base de datos de clientes de determinada organización, se debe garantizar su confidencialidad al 100 %.

Con respecto a los datos sensibles, solo pueden tratarse en tres circunstancias: si la ley lo autoriza, si se cuenta con el consentimiento expreso del titular o si son necesarios para beneficios en temas vinculados a la salud de la población.

¿Cuáles son los cambios que propone su actualización?

Estos son cinco de los puntos más relevantes que propone la actualización de la normativa mencionada con anterioridad:

  • Principio de confidencialidad y transparencia: además de garantizar la seguridad y evitar uso no autorizado de los datos personales, las empresas o terceros responsables deberán aplicar controles de acceso indebido a ellos.
  • Exposición de derechos: se le debe brindar a los titulares toda la información pertinente para que puedan ejercer sus derechos. Esto incluye explicarles sobre la sensibilidad que tienen los datos, con qué filtro de seguridad cuentan para la protección de éstos, etc.
  • Consentimiento: se ampliarán los medios por los cuales los titulares puedan consentir el uso de datos. De hecho, las declaraciones verbales o por medios electrónicos serán tan válidas como las escritas.
  • Autoridad de control: se buscará la creación de una agencia de protección de datos personales, la cual tendrá la obligación de recibir denuncias y de instruir, fiscalizar o sancionar a las empresas que no sepan darle un buen manejo a los mismos.
  • Evaluación de impacto: se podrá realizar una evaluación de riesgos en caso de que un proyecto ejercido por determinada compañía contenga un registro de datos personales de alto riesgo, sea sensible, implique el monitoreo sistemático de zonas de acceso público o sea de gran escala.

Los expertos han explicado, en distintas oportunidades, que la implementación completa de estos cambios llevará tiempo, pero beneficiará a los individuos y contribuirá a fortalecer la confianza en el uso de datos personales en un mundo cada vez más digitalizado.

Imagen: Freepik

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